jueves, 11 de septiembre de 2008
ojala gusten mis poemas..
HUYENDO
En las mañanas como las de hoy,
me encargo de recordar buenos momentos,
mientras escucho ésa cancion
y juntos, recuerdo y ritmo, me colapsan en esta tremenda nostalgia..
intercalacion de sentimientos y personas que dejan sin efecto a mi pensamiento.
otra mañana mas me veo inherte en el final de esta parte del día
mientras la cancion se apaga y mis sentimientos huyen con el recuerdo otra vez..
HERIDA
A diario me surge la herida inspiracion que te dedico,
y se me presenta guardarme mis versos para mí,
para robarte una sonrisa sin que lo sepas.
sin leerme, sin recitarte mi vida en éstas palabras dolidas
y con éste arduo pero disfrutado trayecto de la pluma al papel.
sonrío mientras te pienso y se me llena la mirada de ilusión...
tontas lagrimas me quitan el aliento, tontas, pero no las puedo evitar hoy
éste ritmo me envuelve nene, y me hace llorar un poco.
perdón por ésta debilidad de escuchar la canción y sentir
que estan poniendole un sonido a mi vida.
perdón por la desilusión de verme envuelta en llanto.
a veces hasta yo derramo lágrimas sin razón.
NOSTALGICA
Me despierto en esta soleada mañana, con el sol en las pestañas
y el amor en el corazón.
me asomo a la ventana y los ruidos de los pájaros festejando este alba
me llena el alma y me la purifica..
los silenciosos caminantes pasan por la calle desierta,
todos duermen, todos sueñan...
yo, desvelada y con ganas de recordar
observo la pata de esta mesa que, a contra luz, me remonta a mis años de niñez
a mis jugarretas, a mis aventuras que pocas veces tenían fin..
frases de algún antiguo cantante me desbordan la mirada de sal, agua y nostalgia,
y las hojas secas crujen al pisarlas esta mañana que de a poco se convierte en tarde
y me deja atrás..
la hora de la siesta,
es un poco ganas de pensar, recordar.. ponernos nostalgiosos
frente al silencio rotundo o a los murmullos del viento rozandonos las mejillas y el corazón.
no hay nada mas hermoso que una tarde de verano
al salir a la sombra de algun arbol y sentarnos largos minutos
a escuchar, a reflexionar, a sentirnos por dentro.
rebotando en nuestros oídos el sonido de las chicharras
que se unen en un canto sin fin, interminable...
en soledad, nos reencontramos con el alma, la acariciamos...
y la volvemos a dejar ir.
J
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